Ahora que todos nos asombramos (o escandalizamos según la sensibilidad de cada cual) de que en apenas tres jornadas un estado como la República Popular China, que explota a menores para fabricar productos a bajo coste destinados a consumirse en Occidente, que abandona a las niñas a su suerte por "imperativo cultural", que niega la pluralidad de pensamiento y la determinación del pueblo tibetano y que contamina la atmósfera una barbaridad, vaya a albergar unos Juegos Olímpicos, es tiempo de detenerse a pensar en las causas de que esto sea así y no de otro modo.
A la vista está que los únicos criterios que parecen haberse esgrimido para asignar las Olimpiadas en este caso deben haber sido de cariz económico, habida cuenta de que China es una de las llamadas economías emergentes junto a India, México, Indonesia o Brasil, entre otras. Los países emergentes son aquellos en los que se produce una transición de una economía de subsistencia a una de desarrollo industrial, esto es que "evoluciona" del tercer al primer mundo.
En China, país superpoblado en la actualidad (concentra una quinta parte de la población mundial en unos 10 millones de kilómetros cuadrados), sus habitantes han optado por abandonar los patrones de una economía de austeridad presidida por el empleo de la bicicleta y la agricultura de base para convertirse de facto en uno más de los países con economía de excesos, con ese estandarte industrial que simboliza el automóvil.
Las consecuencias de que se haya extendido el "modus operandi" industrial son las que hemos advertido: en cuestión de un puñado de años, la atmósfera china se ha vuelto irrespirable con las consiguientes repercusiones que tiene para la salud (accidentes de tráfico, alergias, enfermedades del aparato respiratorio, infartos...) y el medio (sobrepasar las capacidades de absorción de GEI, fragmentación de hábitats, pérdida neta de especies...).
Una vez más el discurso desarrollista y de progreso ha manifestado su cara más temible. Su faceta más destructiva. Ha vuelto ha mostrar sus fauces en detrimento de la salud colectiva y de los equilibrios ecológicos. ¿Aún hay quien, a estas alturas, cree que el presunto progreso tecnológico solventará los desagravios sociales y ambientales?
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1 comentario:
Creo que deberías ser más cautos al juzgara China y basarse menos en los tópicos difundidos desde occidente (abandono de niñas y cosas así). China es el país más poblado del mundo, fue durante decadas una colonia británica, tuvo que soportar la invasión y destrucción japonesa durante la Segunda Guerra mMundial y forma parte del Tercerer Mundo (o sea del sur pobre). Y a pesar de ello ha logrado mejorar significativamente la situación de su población y a disminuido su dependencia económica. Es cierto que quedan muchas cosas por mejorar y que su desarrollo económico comporta problemas graves, sobre todo de tipo mediambiental, pero esto no puede llevarnos a sumarnos a las campañas antichinas promovidas por el imperialismo. China tiene un punto a su favor, que debaríamos apreciar: No está dispuesta a ser la criada de nadie, lo cual molesta a los occidentales que todo lo analizamos desde nuestras propias escalas de valores. España, en cambio, forma parte de la Otan, y tiene soldados en afganistan, siriviendo a los EE.UU. Y por cierto, en España también se abandanos niñas en la calle, se degrada el medio ambiente y se explota a los trabajadores. Pero esto no importa, nosotros el centinela de occidente. A veces, detrás de un supuesto progresismo, se esconde la incapacidad para comprender la complegidad de determinads cosas y se acaba haciendo el juego al adversario. Piensa que entre tu post y el discurso que pronunció el presidente de los EE.UU antes de presenciar la ceremonia de abertura de los juegos, existen muchos puntos de contacto .¿No te habías dado cuenta?
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