sábado, 31 de mayo de 2008

El colapso maya: una valiosa lección

Hablar de la civilización maya es hacerlo de una prodigiosa cultura que ha habitado Centro América (y más concretamente territorios que hoy se corresponden a México, Guatemala, Belice, Hondas y El Salvador) hasta prácticamente nuestros días a través de sus descendientes legítimos, entre ellos la conocida Rigoberta Menchú.

Su producción cultural es tan vasta, que abarcarla en una entrada de blog sería francamente imposible: sus construcciones de templos, pirámides y palacios; sus populares juegos de pelota; sus creaciones artísticas sobre cerámica, roca calcárea, madera o plumas; su sofisticada escritura y literatura; su empleo de hasta 44 lenguas diferenciadas; su música perdurable de viento y percusión; sus pinturas para retratar emperadores, situaciones cotidianas y deidades; su sistema matemático vigesimal...

Sin embargo, sorprende que la razón de la expiración de la civilización maya en sentido estricto, siempre ha permanecido envuelta por un velo de misterio. Tratemos de desentramarla.

Los grandes núcleos poblacionales, las urbes mayas (Tikal, Toniná, Yaxchilán...) con sus imponentes pirámides y templos, vivieron su período de máximo esplendor en los siglos IX y X. Se trataba más bien de territorios independientes que guerreaban contínuamente entre sí para conquistarse. Resulta que sin planteárselo, se vieron sorprendidos por el fenómeno climático de "El Niño" (cambio en el sentido de giro en las masas de aire, que repercute en las corrientes marinas), que debilitó gravemente la producción agrícola de maíz ("ixim"), el principal sustento alimenticio de la población maya. En una sociedad con gran arraigo espiritual, se trató de achacar la escasez de recursos a la ineficiente comunicación divina de sus sacerdotes.

En realidad y salvando las consideraciones de índole espiritual, la civilización fracasó al imponer un modelo de sociedad competitivo, al sobreestimar la capacidad de la tierra para producir sin restricciones y al subestimar las repercusiones de un fenómeno ecológico de dramáticas consecuencias, que asola períodicamente dichos territorios.

Tres elementos críticos (competitividad social, escasez de recursos naturales y fluctuaciones climáticas), que debieran impulsarnos a reflexionar reposadamente sobre la viabilidad de los modos de producción y consumo de nuestra propia sociedad.

viernes, 30 de mayo de 2008

Menú del Ártico. De postre, delicias al óleo

Mientras algunos estamos ciertamente preocupados y en alerta ante las catastróficas consecuencias que un aumento global de las temperaturas tendrá sobre el derretimiento de las masas polares y el previsible aumento del nivel del mar, otros ya se están frotando las manos ante el eventual deshielo, puesto que lo que subyace tras él, es un suculento pastel.

Resulta que recientes estudios científicos han revelado que hasta un cuarto de las reservas petrolíferas mundiales se encuentran acumuladas en la cordillera submarina Lomonosov, bajo el manto helado del Ártico. Y, como es de preveer, este dato no ha pasado desapercibido para estados glotones del calibre de EE.UU, Rusia, Canadá, Noruega o Dinamarca.

Me preguntaréis, ¿y por qué ellos y no otros? Bien, ellos, por proximidad costera y conforme a la Ley del Mar, pueden disponer a partir de 2009 de una fracción del mar que corresponde a 200 millas naúticas (370 kilómetros) desde el final de su masa continental, con lo que, apurando, estos país podrían disponer de su pedacito correspondiente de los casquetes helados del Ártico.

Así pues, EE.UU. que no había ratificado la Convención de la ONU sobre derechos del mar, se apresura a hacerlo estos días; Rusia ha colocado ya una bandera en el hielo y enviado un par de batiscafos a inspeccionar el terreno; Dinamarca se ha antrincherado en Groenlandia; Canadá y Noruega preparan sus preceptivos informes al respecto...

Es decir, que lejos de perseguir una ecoeficiencia (producir más con menor consumo de materia y energía y generación de residuos), la desmaterialización de la producción y la independencia del petróleo y el gas, con el uso de fuentes energéticas renovables; los principales mandatarios siguen obsesionados por un recurso que tiene sus días (o años) contados.

En fin, la pescadilla que se muerde la cola: quemamos combustibles fósiles, aumentan las temperaturas, se derriten los polos y encontramos más combustibles fósiles, con lo que seguiremos quemándolos...¿hasta cuándo?

jueves, 29 de mayo de 2008

Sobre censura y convivencialidad

En un planeta regido por el principio de la convivencialidad, los posicionamientos personales estarían armados de argumentos de peso y no secundados por un ejécito armado y con peso; el relativismo cultural prevalecería sobre el etnocentrismo en aras de la comprensión y el mutuo entendimiento; la discriminación y la censura no tendrían razón de ser, pues los posicionamientos improcedentes e irrespetuosos serían dialogados con sus autores y los actos erróneos estarían juzgados por el pueblo (demos) a través de asambleas (ecclesias) al modo de la antigua Grecia.

Como vivimos en la sociedad que vivimos (y no en la que desearíamos vivir), presidida por el miedo a expresar nuestras ideas y que nuestro vecino exprese las suyas libremente por temor a represalias, pues ocurren hechos como el que a continuación os relato.

Resulta que hace un año, promotores y solistas de reggae sellaron un acuerdo (Reggae Compassionate Act) con los lobbys gays, en el que los artistas se comprometían, al menos en sus actuaciones europeas, a no entonar mensajes de odio, fueran estos expresados a través de la homofobia, el sexismo, el racismo o la violencia y a reemplazarlos por un mensaje de amor, respeto y comprensión hacia otros seres humanos. Varios artistas rubricaron el acuerdo y lo han respetado escrupulosamente hasta la fecha.

Lamentablemente, ayer nos hacíamos eco de una triste noticia: aún teniendo su visado en regla, el vocalista Sizzla Kalonji era retenido en situación de aislamiento en el aeropuerto de Barajas durante 26 horas. El motivo era que las asociaciones homosexuales habían presionado políticamente consiguiendo la revocación del visado para impedir que la gira europea del artista se desarrollase como lo había venido haciendo desde principios de Mayo.

No seré yo quien arengue a favor de un artista que profiere veladamente consignas homófobas, pero tampoco seré yo quien le arrebate su derecho a expresarlas. En todo caso y llegado el día en que me cruzase con él, le mostraría lo inadecuado de su conducta arguyéndole razones que lo inviten a reflexionar. En palabras de Voltaire, le diría: mira Sizzla, "no estoy de acuerdo con eso que dices, pero lucharía hasta la muerte porque tuvieras el derecho a expresarlo".

miércoles, 28 de mayo de 2008

La visita que nunca se produjo

Salif se ha levantado ilusionado. Apenas ha podido conciliar el sueño. No es sencillo conciliarlo cuando apenas tienes bocado que llevarte al estómago. Pero en esta ocasión, el motivo es bien distinto: Salif, como el resto de los integrantes de su tribu, espera como agua de Mayo las ayuda que los países occidentales van a prestarles.

Ayer lo celebraron por todo lo alto en un festejo litúrgico que tuvo prácticamente de todo: danzas tribales, rezos a las divinidades, meditaciones y reflexiones compartidas...todo ello presidido por la majestuosidad del fuego de una hoguera.

Se rumoreaba que el contingente llegaría bien de mañana, así que a Salif, tan pronto como ha atisbado los primeros haces de luz, se le ha iluminado una sonrisa. Resulta sorprendente como cuando el alimento escasea y la vida tiene visos de expirar pronto, la sonrisa permanece indeleble en los rostros de tantos y tantos africanos.

Un tumulto provocado por la algarabía general de ruandeses esperanzados, copa la porción de desierto donde se espera que aterrice el contingente de agua, alimentos y medicamentos, que los solidarios occidentales tienen intención de prestarles. Y sin embargo, pasan las horas, los ánimos van progresivamente decayendo y el dichoso helicóptero no tiene visos de aterrizar. Al menos allí. Nuevamente, les tocará esperar una próspera ocasión.

Simultáneamente, a varios miles de kilómetros de allí, los españoles leemos perplejos como "en 2007 los fondos aportados por la Unión Europea para Ayuda Oficial al Desarrollo descencieron por primera vez a 46.087 millones (0,38% del PIB) frente a los 47.676 millones (0,41%) del año anterior". ¿Es tanto pedir que la ayuda al desarrollo alcance un 0,7% del PIB? Ver para creer. Tristemente.

martes, 27 de mayo de 2008

Un sueño con marchamo de realidad

Verán. Ayer tuve una ensoñación. Soñé que vivía en un pequeño pueblecito donde todos sus habitantes eran pequeños campesinos que luchaban para arañar derechos a los grandes señores terratenientes y tras años de luchas y utópicas reivindicaciones, se habían obrado el milagro: cada uno de ellos disponía de una parcelita en la que cultivar, un hogar construido por sus propias manos, una escuela municipal y un modesto polideportivo donde dar rienda suelta a sus ansias de disfrutar y ejercitarse.

En el citado pueblo nadie ansiaba más que nadie, puesto que la propiedad era compartida y todos disponían de lo necesario para vivir una vida en condiciones. La convivencia entre todos ellos era armónica y la riqueza revertía en el bien del pueblo y en los derechos de sus habitantes.

Todos o casi todos en el pueblo eran los gestores de las luchas del campesinado para un reparto equitativo de las tierras y todos disfrutaban por tanto de la satisfacción que produce un trabajo bien realizado.

Pero entre ellos había un duendecillo de poblada barba que había decidido gobernar el pueblo para evitar que ese pequeño tesoro compartido pudiera serles arrebatado. Todos o casi todos eran amigos de aquel duendecillo, puesto que el dudendecillo era un más de ellos y todo cuanto realizaba lo consultaba con el resto de los campesinos que poblaban el lugar y la decisión emanaba siempre de la voluntad de los campesinos.

Cuando hube despertado, deseé con todas mis fuerzas que aquella ensoñación se hiciera realidad y puse todo mi empeño y concentración mental en que así fuera. No sé si fue fruto de mi imaginación o una realidad palmaria pero aquello con lo que soñé hacía 20 años que llevaba funcionando. El pueblecito en cuestión era Marinaleda y se ubicaba en la provincia de Sevilla.

¿Quién me iba a decir a mí que aquel sueño pudiera transformarse en una realidad?

lunes, 26 de mayo de 2008

Endorfinas, la felicidad que emerge de uno mismo

En nuestra búsqueda por la felicidad apenas nos preocupamos friamente en analizar que nos produce tamaña sensación de bienestar y quietud interior. Y, sin embargo, meditamos largo y tendido sobre lo complejo que es alcanzar un equilibrio interior y las situaciones que lo provocan. Pese a ello y aunque pudiera parecer lo contrario, la felicidad emerge de uno mismo y ahora veran el porqué.

Como parte integrante del sistema endocrino, algunas células especializadas y algunas glándulas secretoras producen y generan hormonas, que son transportadas por la sangre hasta un órgano diana o receptor, en el que producen la acción para la que fueron concebidas en su secreción: estimular, inhibir, actuar en sinergia con otras hormonas, oponerse a la acción de otras hormonas o alterar el metabolismo.

Bien, pues una de esas hormonas, un pequeño polipéptido opiode que responde al nombre de endorfina y del que existen 20 tipos distintos, es el principal actor responsable de nuestra sensación subjetiva de bienestar a la que nominamos como felicidad.

La cuestión es que la mayor parte de las actividades que producen esta sustancia de naturaleza química, escapan a la lógica del mercado: un beso, una caricia, un abrazo, un olor que nos evoca tiempos pasados, un masaje, el ejercicio físico, la risa, el contacto saludable con la naturaleza, la satisfacción de un objetivo logrado, una melodía agradable, la obtención de un nuevo amigo, la relajación profunda tras practicar yoga o tai chi...

Moraleja: fomentemos aquellas actividades y relaciones que nos producen sensaciones placenteras naturalmente y sin degradación del medio y dejemos de lado la aparente satisfacción efímera que generan los bienes materiales, con degradación irreversible del entorno.

domingo, 25 de mayo de 2008

Juguemos la partida

"Cuando nos preguntamos por el origen de las injusticias, casi siempre se las carga el mismo: el sistema. Es decir, los grandes poderes económicos. Ahora bien, existe un vínculo directo entre el poder económico y cada uno de los ciudadanos: el consumo. Nos guste o no, seamos o no consciente de ello, todos somos una pieza clave del denostado sistema. Ello puede ser visto como una carga de culpabilidad que no queremos soportar. Pero tambien puede ser visto como una situación estratégica inmejorable: sin nosotros, el timón no gira" (Centro de Recerca i Informació en Consum, 2000).

El párrafo citado describe hasta que extremo nosotros (tú que lees esto y yo que lo escribo) somos los responsables en última instancia de esta desproporción consumista en la que estamos inmersos y sin los cuales el engranaje de la maquinaria difícilmente opera o lo hace de un modo radicalmente distinto.

Es decir que si a ti, a mí, a tu primo, a tu vecino o al tipo con el que habitualmente te cruzas camino del Metro o el autobús se nos antoja, el tantas veces criticado "estado de las cosas" se viene abajo sin remisión e indudablemente emerge el modelo que estimamos conveniente los ciudadanos y no el que han impuesto desde los despachos: aquel que ignora cuanto acontece en las calles, los mercados y los bosques; aquel que gobierna desde el despotismo y aquel que trata de imponerse cueste lo que cueste y arrolle cuanto arrolle con tal de obtener el tan ansiado lucro.

"Tengo un mensaje para la gente joven de cualquier parte del mundo: puedes cambiar el mundo. Por favor, no seas complaciente: lo que haces, lo que opinas y tus acciones son importantes. Recuerda esto: tienes algún poder. Por favor, usa ese poder" (Linton Kwesi Johnson, Rototom Sunsplash 2004)

Así pues, toma nota de la diatriba de LKJ y actúa en consecuencia: siendo absolutamente consciente de que con tu acción forjas, no sólo tu vida, sino que rediriges el mundo hacia lo que estimas conveniente y contribuyes a dibujar el futuro saludable que espero vivirán las generaciones venideras.

Es tiempo, pues, de comenzar a jugar la partida y de demostrarle al adversario que, aunque minoría, tenemos un poder en nuestras manos y vamos a hacer uso de él para derrotarlo
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sábado, 24 de mayo de 2008

Y el título responde a...

Aprovecho la ocasión para saludar a propios y a extraños, aunque el primero que se siente de tal modo sea el que suscribe. Ya me iré adaptando a mis nuevos quehaceres de cualquier modo.

Aprovecho la primera entrada del cuardeno para explicar el porqué del título del blog con una cita textual del pensador humanista Ivan Illich. Toda una declaración de principios.

"El caracol construye la delicada arquitectura de su concha añadiendo una tras otra las espiras cada vez más amplias; después cesa bruscamente y comienza a enroscarse esta vez en decrecimiento, ya que una sola espira más daría a la concha una dimensión dieciseis veces más grande, lo que en lugar de contribuir al bienestar del animal, lo sobrecargaría. Y dese entocnes, cualquier aumento de su productividad serviría sólo para paliar las dificultades creadas por esta ampliación de la concha, fuera de los límites fijados por su finalidad. Pasado el punto límite de la ampliación de las espiras, los problemas del sobrecrecimiento se multiplcian en progresión geométrica, mientras que la capacidad biológica del caracol sólo puede, en el mejor de los casos, seguir una progresión aritmética".

P.D. MuchachitoOrdinario es alguien que, como vosotros, tiene sus inquietudes, las vuelca en un cuadernico de bitácora de estos y las pone a disposición de vuestro espíritu crítico, quien las paladea, las mastica, las procesa a través de su sistema digestivo y las devuelve en forma de desechos. Así que, tanto vosotros como yo, somos auténtica maquinaria procesadora de residuos y generadora de desechos. No lo olviden, les será de utilidad en su día a día.