lunes, 3 de noviembre de 2008

Tu aporte, agente

Ser feliz es la inconfundible satisfacción de bienestar que proporciona el saberse en el camino correcto.

Como he comprendido recientemente, optar por un consumo consciente y moderado como patrón no puede, en modo alguno, deberse a un sentimiento de culpa por haber nacido en el lado amable del mundo, sino más bien a un convencimiento personal de que un cambio cualitativo en los modos de hacer y comportarse de uno mismo conducen a la felicidad a través del sendero de la autocontención y la consciencia.

No debemos autofustigarnos, ni exigirnos más de lo que podemos aportar para producir ese giro en nuestros "quehaceres" porque puede volverse un arma arrojadiza en nuestra contra, posicionándonos ante un tunel de frustración e impotencia. Y si no podemos soportarnos a nosotros mismos con nuestras incoherencias, errores e incongruencias, difícilmente seremos capaces de proyectar a los demás un modelo positivo que ejemplarice.

Es por ello que me he obstinado en remarcar que el decrecimiento no es un modelo excluyente de ser, sino una malla de determinada luz (luz esta que no admite según que actitudes y comportamientos) a la que pueden asirse múltiples posibilidades de vida y todas ellas tienen validez y de hecho son loables.

Un horticultor de huerto urbano que no emplea fitosanitarios y que se autogestiona su alimento, un poblado indígena latinoamericano que celebra en ritual la fertilidad de sus buenas cosechas y la llegada del sol, un integrante de una ecoaldea que comparte en asamblea sus planteamientos de funcionamiento, un ciudadano de las grandes urbes que apuesta por fomentar la cultura y que adquiere sus productos en un pequeño comercio o un escritor altermundista o naturalista que contribuye a denunciar o embellecer lo que narran tienen un nexo en común.

Pese a sus incoherencias, que todos tenemos, son agentes activos (valga la redundancia) dispuestos y convencidos a empeñarse en poner a rodar una arquitectura social-ambiental que pivote en ejes distitnos a los actuales. Y aunque no pueden abstraerse al contexto en el que se embeben, ponen de su parte para humanizar y ambientalizar su entorno. De eso se trata, de que lo poco o mucho que puedas aportar, lo hagas. Lo demás formará parte del proceso que tú habrás contribuido a articular.

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