
El párrafo citado describe hasta que extremo nosotros (tú que lees esto y yo que lo escribo) somos los responsables en última instancia de esta desproporción consumista en la que estamos inmersos y sin los cuales el engranaje de la maquinaria difícilmente opera o lo hace de un modo radicalmente distinto.
Es decir que si a ti, a mí, a tu primo, a tu vecino o al tipo con el que habitualmente te cruzas camino del Metro o el autobús se nos antoja, el tantas veces criticado "estado de las cosas" se viene abajo sin remisión e indudablemente emerge el modelo que estimamos conveniente los ciudadanos y no el que han impuesto desde los despachos: aquel que ignora cuanto acontece en las calles, los mercados y los bosques; aquel que gobierna desde el despotismo y aquel que trata de imponerse cueste lo que cueste y arrolle cuanto arrolle con tal de obtener el tan ansiado lucro.
"Tengo un mensaje para la gente joven de cualquier parte del mundo: puedes cambiar el mundo. Por favor, no seas complaciente: lo que haces, lo que opinas y tus acciones son importantes. Recuerda esto: tienes algún poder. Por favor, usa ese poder" (Linton Kwesi Johnson, Rototom Sunsplash 2004)
Así pues, toma nota de la diatriba de LKJ y actúa en consecuencia: siendo absolutamente consciente de que con tu acción forjas, no sólo tu vida, sino que rediriges el mundo hacia lo que estimas conveniente y contribuyes a dibujar el futuro saludable que espero vivirán las generaciones venideras.
Es tiempo, pues, de comenzar a jugar la partida y de demostrarle al adversario que, aunque minoría, tenemos un poder en nuestras manos y vamos a hacer uso de él para derrotarlo.
2 comentarios:
Sólo un apunte, no tenemos tan poco poder, LO TENEMOS TODO. Somos mayoría, no minoría. La población ciudadana del mundo es enorme comparada con la clase política y los que realmente mandan: los responsables de las grandes corporaciones.
Es cierto, en realidad la ciudadanía de base somos infinitamente más que los prebostes que pilotan las grandes compañías transnacionales, que ejercen su soberanía a escala planetaria.
Si bien, creo que su máximo acierto ha sido saber anestesiar la consciencia colectiva y eso nos convierte en minoría a los que pensamos en otro orden mundial, los altermundialistas. A eso me refería Lalo.
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