miércoles, 28 de mayo de 2008

La visita que nunca se produjo

Salif se ha levantado ilusionado. Apenas ha podido conciliar el sueño. No es sencillo conciliarlo cuando apenas tienes bocado que llevarte al estómago. Pero en esta ocasión, el motivo es bien distinto: Salif, como el resto de los integrantes de su tribu, espera como agua de Mayo las ayuda que los países occidentales van a prestarles.

Ayer lo celebraron por todo lo alto en un festejo litúrgico que tuvo prácticamente de todo: danzas tribales, rezos a las divinidades, meditaciones y reflexiones compartidas...todo ello presidido por la majestuosidad del fuego de una hoguera.

Se rumoreaba que el contingente llegaría bien de mañana, así que a Salif, tan pronto como ha atisbado los primeros haces de luz, se le ha iluminado una sonrisa. Resulta sorprendente como cuando el alimento escasea y la vida tiene visos de expirar pronto, la sonrisa permanece indeleble en los rostros de tantos y tantos africanos.

Un tumulto provocado por la algarabía general de ruandeses esperanzados, copa la porción de desierto donde se espera que aterrice el contingente de agua, alimentos y medicamentos, que los solidarios occidentales tienen intención de prestarles. Y sin embargo, pasan las horas, los ánimos van progresivamente decayendo y el dichoso helicóptero no tiene visos de aterrizar. Al menos allí. Nuevamente, les tocará esperar una próspera ocasión.

Simultáneamente, a varios miles de kilómetros de allí, los españoles leemos perplejos como "en 2007 los fondos aportados por la Unión Europea para Ayuda Oficial al Desarrollo descencieron por primera vez a 46.087 millones (0,38% del PIB) frente a los 47.676 millones (0,41%) del año anterior". ¿Es tanto pedir que la ayuda al desarrollo alcance un 0,7% del PIB? Ver para creer. Tristemente.

2 comentarios:

Zascandil dijo...

Curiosamente la ayuda en forma de alimentos es uno de los grandes males que asolan a los países en vías de desarrollo.

Un agricultor local se hace con unas tierras, paga por los productos necesarios y la trabaja durante un largo periodo de tiempo.

¿En qué condiciones está de vender lo obtenido si llega un cargamento del mismo producto y lo regalan? ¿Acaso alguien le va a comprar a él?

Al final no es más que otra forma de mantener pobres a los pobres, encontrar salida al exceso de alimentos que se haya producido y quedar como los buenos de la peli.

Jaime dijo...

Exactamente, te refieres al asunto del dumping mercantil. Sí, puede que sea una forma de perpetuar la pobreza eternamente, pero puede que puntualmente la AOD sea necesaria puesto que envíe herramientas o técnicas que sean útiles al agricultor de turno para cosechar.

En cualquier caso, soy más partidario de condonar la deuda y dejar de practicar el comercio al agricultor sin inmiscuirse el comerciante europeo.