domingo, 21 de diciembre de 2008

Los lemas de Mayo del ´68 siguen vigentes

El pasado mes de Mayo se cumplían 40 años desde que el mundo reaccionara enfervorecido y encolerizado contra el discurso único y hegemónico que les negaba como seres humanos.

El capitalismo encontraba una respuesta contundente y popular en la actitud de una humanidad que reaccionaba ante la depauperación de su vida, que se oponía a que otros fueran dueños de su destino, que se expresaba políticamente y obraba en conciencia. Es triste pensar que su lucha fuese en vano y que gran parte de los objetivos y deseos que entonces se perseguían, siguen sin materializarse.

Sirva mi entrada de hoy como homenaje a aquellas personas, a aquellos radicales (bendido sustantivo este siempre que se emplee con corrección y no para criminalizar) que buscaban extirpar el problema de raíz.

Seamos realistas, pidamos lo imposible.

Lo innacesible se mantiene inalienable e inamovible desde entonces. ¿Una vida digna? ¿Condiciones laborales ecuánimes? ¿Igualdad de derechos? ¿Salud? ¿Democracia de base? ¿Justicia social? ¿Respeto a los derechos humanos? ¿Dónde queda todo ello? Mera palabrería. Muchos de los que entonces militaban en la lucha, olvidaron pronto de sus reivindicaciones y fueron absorbidos por el "statu quo". Tenemos que mantenernos firmes y exigir más de las migajas que nos ofrecen, porque ser libre no es sólo elegir "libremente" entre consumir esto o aquello.

Olvídense de todo lo que han aprendido. Comiencen a soñar.

Se nos ha enseñado, adoctrinado más bien, mediante una educación restrictiva, instructiva, jerarquizada, vertical e institucionalizada a ser un tornillo más del engranaje. A escribir al dictado, a asumir el devenir, a callar para no incomodar a los jerarcas y a aceptar con resignación nuestro destino. Y no estamos dispuestos a claudicar, ni a rendirnos (salvo a la evidencia de que vuestro "libre" mercado no ha solucionado nada). ¡Basta ya de pisotearnos, de engañarnos y de mearnos encima mientras nos decís que llueve! La mecha está prendida y vuestra actitud vierte leña y gasolina sobre ella.

No le pongas parches, la estructura está podrida.

Cuando el sistema está esclerotizado, de nada sirve ofrecer presuntas soluciones parciales para perpetuarlo. Como ya dije en su momento, un problema no puede ser resuelto con la misma mentalidad que lo creó y desde luego este al que nos enfrentamos no es una excepción. Inyectar dinero en los sectores afectados por temor a represalias de los lobbys, encarcelar las ideas disidentes, erradicar toda voz que difiera del discurso predonderante...de nada os va a servir cuando estalle el conflicto y las personas tomemos las calles de nuevo.

Prometo proseguir mi análisis en una pronta ocasión. Confío en que esta reflexión sobre la sociedad actual os ayude a revalorizar lo que tenéis (y no en términos monetarios precisamente) y a reclamar lo que queréis (y no lo que os dicen que tenéis que querer).