Bah! es la clásica expresión de desdén hacia algo que nos desagrada, de desapego ante un hecho concreto que no discurre por los cauces esperados, de desaire ante una acción a la que restamos importancia para no salir escaldados.
Todo esto es cierto, pero también lo es que Bah! es una realidad constatable en forma de proyecto de agroecología que pretende rescatar lo valioso de las prácticas agrarias tradicionales que han sido relegadas al ostracismo y el olvido en favor de las prácticas agroindustriales de semillas seleccionadas por quienes poseen las patentes, fitosanitarios rebosantes de petróleo, condiciones laborales depauperantes para el trabajador y canales de distribución interminables.
Su propuesta se sustenta en mantener un contacto estrecho, de apoyo y entendimiento mutuo con los campesinos e inquirirles sobre aquellos aspectos de su entramado cultural, de su organización social, de su comportamiento en y frente al campo para ponerlos en práctica a través de una cooperativa.
Esta cooperativa plantea propuestas en su asamblea general, estas son trasladadas para ser debatidas a las distintas asambleas semanales de cada grupo autogestionado de consumo (GAK), en las que se adopta una postura de cada grupo que se traslada de nuevo a la próxima asamblea general.
Cada GAK funciona de modo autónomo y desde el principio de corresponsabilidad entre productores y consumidores para la asunción de inversiones, puntos y encargados de la distribución, contenido y valor de las bolsas, dimensión del proyecto, etc.
Y como el Bah! madrileño, hay infinidad de propuestas de agricultura ecológica a través del modelo de "la cesta del horticultor", así que sólo te queda enterarte de la alternativa más próxima a tu lugar de residencia y comenzar a consumir desde un punto de vista ético y moderado.
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