Cuando la producción de un elemento tan preciado como el "oro negro" comienza a decaer (la cantidad máxima de barriles de petróleo - 74,4 millones diarios - alcanzó su cénit - "peak oil" - en 2005 como predijo el Dr. M. King Hubbert y desde entonces ha sufrido una progresiva disminución: 73,3; 70...), parece evidente que debemos concebir un nuevo paradigma que nos permita vivir bajo con otras convicciones sobre la producción y el consumo de energía.
Los noticiarios nos agasajan diariamente con informaciones relativas al precio del crudo (aderezado con el binomio "máximo histórico"), a su innegable influencia en el coste final de los alimentos, las prospecciones del Ártico, las trascendentes reuniones de los mandatarios de la OPEP, la nacionalización y alardeo petrócrata de los recursos por parte de Venezuela... Hasta los avezados creativos de BP han contruido una nueva significación para sus siglas: Beyond Petroleum (más allá del petróleo) frente al inicial British Petroleum (petróleo británico).
Sea como fuere, debemos comenzar a contemplar un escenario exento de la combustión del crudo de que ha caracterizado el período denominado post industrializador o termoindustrial (Latouche dixit). Por varios motivos: el recurso es escaso y aunque ya muestra síntomas de expirar, terminará por agotarse en un período que oscila entre 35 y 70 años (no es intuitivo predecir, pues depende de numerosos condicionantes) y su precio aumenta de un modo cuantioso (se ha duplicado en 3 años y en la actualidad rebasa los 135 dólares el barril), lo que encarece la alimentación más esencial (la agrícola y ganadera), puesto que el mencionado recurso se emplea para la generación de fitosanitarios (fertilizantes y biocidas), para roturar las tierras, para recoger la cosecha y trasladarla posteriormente al mercado...
El próximo 29 de Junio y hasta el 3 de Julio, Madrid acogerá un evento-magno como la Cumbre Mundial del Petróleo, en la que actores de primer rango y diversas naciones debatirán la estrategia a adoptar para una gestión del recurso y exhibiran ostentosamente sus actividades, productos y servicios con un planteamiento petrocéntrico.
Frente a ellos, los movimientos sociales se han organizado para ofrecer una versión alternativa de la cumbre, a la que han bautizado como Encuentro Social Alternativo al Petróleo (ESAP), en la que se discutirán propuestas encaminadas a diseñar esa proyección a futuro de escenarios post-petrolíferos a través de actividades tales como talleres, manifestaciones, asambleas, proyecciones, seminarios, etc. Desde este blog, recomendamos encarecidamente una visita y os invitamos a valorar posibles alternativas en aras de construir un mundo más justo, equitativo en el reparto de los bienes, tolerante con las diferencias, respetuoso con la diversidad y, en definitiva, que merezca la pena ser vivido en su más amplio sentido.
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