En las últimas jornadas han aparecido un aluvión de noticias ciertamente nefastas en lo que se refiere a política de inmigración en este nuestro país, eterno receptor y emisor de corrientes migratorias, como interfase África-América Latina-Europa en que nos ubicamos.
Las elecciones generales de 2008 nos sorprendieron con las propuestas restriccionistas de PP y PSOE. Los primeros reclamaban, en la tradición más anquilosda en el conservadurismo y amparados en la similiaridad de planteamientos de Nicolas Sarkozy para Francia, un contrato de inmigración para demostrar el "pedigrí" español de los acogidos y los segundos propugnaban un endurecimiento de las fronteras y la suscripción de acuerdos bilaterales basados en los intereses del mercado para canalizar los flujos.
Tristemente en esta materia, como en tantas otras, nos las hemos ingeniado para producir un sistema que discrimina negativamente a aquel que ha decidido o al que "le ha sido impuesto" la suerte o desgracia de recorrer mundo para labrarse un futuro y que abunda nuevamente en la dicotomía ciudadanos de primera-ciudadanos de segunda.
Y así nos encontramos con ese despropósito colectivo que es la Directiva de Retorno de Inmigrantes Irregulares, que comete el minúsculo desliz de olvidar que los flujos migratorios son la consecuencia de fenómenos occidentales como la apropiación ilícita de sus recursos para nuestro beneficio (haciendo nuestra la máxima "ni contigo ni sin ti") o el incesante asedio mediático en el que les hemos mostrado los lujos que supone una vida en la cara amable del planeta, donde ni nos privamos de nada, ni tener la menor intención de hacerlo próximamente.
Entonces, la denominada a su vez y por méritos propios Directiva de la Vergüenza nace envuelta en un halo de desaprobación social y política, con los movimientos sociales, las ONG´s, los gobiernos y ciudadanos de los países latinoamericanos y africanos, los partidos y sindicatos de izquierda posicionados claramente en su contra. Y los motivos son varios y justificados: porque permite retener a una persona 18 meses por el mero hecho de ser ilegal, haya cometido o no un delito, porque los "sin papeles" pueden ser internados 6 meses antes de ser expulsados, porque permite deportar inmigrantes sin garantizarles una atención real de sus familiares en los países de origen, sin verificar siquera que se les traslade a sus países de origen, porque conculca la carta de los derechos humanos...
Así que tenemos la obligación moral de acudir a las concentraciones convocadas para mostrar la renuncia publica a este despropósito.
[Málaga] Manifestación 19hs - Plaza de la Merced.
[Madrid] Concentración - 19hs - Plaza Jacinto Benavente.
[Barcelona] Concentración - 19hs - Plza. St Jaume.
[Valencia] Concentración - 19hs - Plza. de la Virgen.
[Tenerife] Concentración - 12hs - Delegación de Gobierno.
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